Mondo Bizarro

Primeramente quiero aclarar que la palabra de este número, comúnmente la utilizamos mal. Esto se debe a su semejanza con el término inglés bizarre, que es el que tiene el verdadero significado que le damos nosotros/as y sobre el que va a girar este cuarto Strangis. Algo semejante sucede con el término “mítico”, mal usado por estos lares, cuando queremos referirnos a algo “típico”. Dicho esto, y como no me apetece hablar de gallardías, valores morales, ni cojones toreros, desecharé la etimología real y me centraré en la mala que es la que más nos gusta.

Así que en este número hablamos de lo extravagante, lo casposillo y rancio, lo decadente, lo grotesco y sórdido, hablamos de lo BIZARRO. En estas próximas líneas os adentrare en mi particular, como dirían The Ramones, Mondo Bizarro. Sólo espero no haceros vomitar demasiado.

En relación al tema, no puedo evitar que lo primero que me venga a la cabeza sea la escena final de Pink Flamingos, película muy bizarra en su conjunto y no apta para estómagos sensibles, en la que Divine Trash, la travestí obesa protagonista de la película que ostenta el título de persona más inmunda del mundo, se engulle un zurullo de perro. También me vienen a la cabeza las novelas de Charles Bukowski, con su sórdido elenco de alcohólicos, prostitutas, reventados de la vida y demás desheredados del sueño americano. Los biomecanoides de H.R. Giger con su contenido subliminal de sexualidad fetichista serían muy a tener en cuenta en el tema que nos ocupa, como la cara del artista en sí, con ese aire de delincuente sexual entierra-niños.

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Musicalmente me divido entre el folklore andino peruano del gran tridente Wendy Sulca, La Tigresa de Oriente y Delfín Hasta el Fin y el punk-rock guarro y puerco de G.G. Allin conocido por autolesionarse, defecar y revolcarse en su propia mierda cual gorrino pachón para regocijo de su público, dejando relegado a Marilyn Manson a un simple mamarracho de postín.

Para terminar quiero hacer una mención especial a la serie Búscate la vida y su episodio “Vomitón y yo” en el que el protagonista adopta a un asqueroso y fétido extraterrestre que segrega una especie de chorro-moco por la boca y codos al que bautiza como Vomitón, al cual al no poder venderlo ni a Michael Jackson ni al gobierno terminan por comérselo.

Sé que se queda mucho en el tintero, como los deformados protagonistas de Freaks, las películas de David Cronenberg o el cine serie Z en general con su sangre y casquería, Slotty, el desfigurado personaje de Los Goonies, Nosferatum e incluso el elenco de freaks televisivos como Pozi, Carmen de Mairena, Leonardo Dantes o Paco Porras, por citar algunos. Y es que esto no da para más por espacio y dudo mucho que este papel sea capaz de soportar tanta mierda.

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Si no os ha parecido lo suficientemente bizarro imaginaros a María Teresa Campos embutida en látex sodomizándoos con una polla enorme de goma y pinchos, si esto no os hace vomitar es que tenéis menos estomago que Divine Trash.

Histrión de Albañal.

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