Hablemos primero de muros: El origen de todos los muros, el muro físico, se inventó para protegerse de las bestias y del clima. Pero una parte de todo lo que hace el ser humano… se pervierte, así, este avance tecnológico se convirtió en un instrumento de privación de libertad en progresivo y horripilante perfeccionamiento. Jaulas, mazmorras, calabozos, presidios, cárceles; muros que quitan libertad a unos y son un estigma de vergüenza para todos. Hoy, el ejemplo más mediático sería Guantánamo. Un infierno donde se anula (con gran eficiencia) a algunas personas y donde los gruesos muros han perdido importancia en favor de las verjas y la manipulación mental.
Pero en el siglo pasado, cuando la humanidad aún temía los gruesos muros, cuatro ladrones de bancos que amaban su libertad fueron encerrados en Alcatraz. Eran Frank Lee Morris, Allen Clayton West y los hermanos John y Clarence Anglin. La famosa prisión tenía fama de ser a prueba de fugas pero, rodeada de agua salada, la estructura se corroía con rapidez. En 1961 estos hombres detectaron un punto débil y elaboraron un plan que les permitiría ser libres. A través de una rejilla de ventilación cavaron un túnel con cucharas. Lo hacían durante las prácticas musicales de un acordeonista para esconder el ruido. Con unas cuantas gabardinas construyeron una balsa y con cabello de la peluquería elaboraron unos maniquís que engañarían a los vigilantes nocturnos. Mientras esto se llevaba a cabo el alcalde Olin G. Blackwell declaraba ante los medios “los muros se están derrumbando”. Demasiado tarde, el 11 de junio de 1962 estos maleantes insubordinados llevaron a cabo su proyecto. Tres de estos cuatro presos escaparon y ya nunca más se ha sabido de ellos. El cuarto, Allan, no pudo escapar y quedó para contarnos los detalles del plan de huída. Un año más tarde Alcatraz era clausurado como prisión para siempre. Con el tiempo se ha convertido en una atracción turística al igual que Auschwitz.
Fueron aún más de Strangis cuando le enviaron flores a la madre de los Anglin en todos sus cumpleaños hasta que murió. Mientras, el FBI y los Marshals los buscaban infructuosamente aunque oficialmente los dieron por muertos
Burlaron una vez más a las autoridades. Si hacemos caso a la leyenda, se presentaron en el funeral de la Sra. Anglin disfrazados de mujeres. Y eso es todo lo que sabemos cincuenta años más tarde. Puede que la verdad salga a la luz cuando la orden de búsqueda y captura de los Marshals contra los tres irredentos expire.
No todos los muros son un obstáculo a superar, a veces esconden reductos de libertad dentro de la uniforme Babilonia. Así eran utilizadas las catacumbas de París hasta que, en la década de los cincuenta del siglo pasado, las autoridades parisinas las cerraron al público. Pero la ley sin capacidad de coerción es solo una sugerencia. Prohibir el acceso a una galería subterránea de casi de 290 km con ramificaciones y accesos repartidos por la enorme ciudad era poco factible. El resultado es que hoy se organizan rave´s en los túneles bajo la ciudad. Pero como no solo de juerga vive el hombre quizá queráis admirar los grafittis o buscar los bunker´s de la 2ª Guerra Mundial, los olvidados osarios y otros restos que han ido quedando en estos pasadizos con más de 2000 mil años de antigüedad. Solo hacen falta unas katiuskas y una linterna y ya podéis internaros en estas madrigueras para fiesteros ilegales, artistas underground’s o espeleólogos en busca de algo diferente.
Debo advertios de que si entráis, os exponéis a que la policía os ponga una multa o a perderos en el laberinto de galerías. Lo primero es evitable si andas con un poco de ojo. Recordad que el número de policías que pueden destinar a la búsqueda de infiltrados en las catacumbas es limitado y el número de accesos a las mismas es casi infinito. En el caso de perderos solo hay que tranquilizarse y buscar con calma, seguro que en la siguiente esquina te encuentras con una aventura… así… como en plan de Strangis.
strangisfanzine 