Hazte con tu ejemplar en los siguientes lugares de distribución: Bar Aranaztarra, Miguel, Depor, Portugués, Eskina, Alaitsu, L´atelier, Swing, Orrua, Uxoa, Itsaspe, Itxaropena, Muara, en la tienda de discos Bloody Mary, en la librería Oskarbi, en Lauburu Estudio, Hiruki Galery, Mientras tanto, Rock & Meet y en Tinta Cómics.
«Black dark night».
Nagore Sanchez.
Diseñadora multidisciplinar de Irun, a caballo entre el diseño gráfico y el paisajismo. Mi formación está relacionada con el diseño y la creatividad y nunca descarto embarcarme en proyectos interesantes en los que poder aportar ideas frescas. Me apasiona el mundo de las artes gráficas y por ello me interesé en ser parte del equipo que conformamos Strangis. Soy la que hace que cada letrita esté donde tiene que estar.
En esta ocasión Sergio nos presenta esta ilustración más oscura donde representa a un vidente que solo ve un futuro de lo más negro. » Estoy encantado de participar en proyectos como Strangis porque me permiten salir de la rutina y probar nuevos caminasen el proceso de creación gráfica». Sergio Perez Berasategi.
Aquí estamos de nuevo después de este parón estival para iluminaros con nuestras ocurrencias, aunque, en esta ocasión, resulte paradójico lo de iluminaros porque el tema de este número es NEGRO, y se da la situación de que este color es el resultado de la ausencia total de luz, la más absoluta oscuridad, con lo que seréis conscientes de la tarea.
Paradójico es también que siendo el tema Negro, sea ésta la vez que más en blanco me encuentro en cuanto a ideas para escribir se refiere. De modo que, aunque siendo el tema negro, a uno no le hace falta echar mucha imaginación para utilizarlo como adjetivo de nuestro presente económico, político y social. Estamos inmersos en un presente negro creado por unos iluminados de trajes negros.
Para los que no crean que esos iluminados de negro son tan malos, que quieren que nuestro presente y futuro sea negro, con ausencia de luz, solo tienen que ver los recibos de la luz de estos últimos años, y como esos hombres de negro entre unos y otros han hecho subir progresiva y casi exponencialmente el precio por disponer de esa necesaria luz para no vivir en la oscuridad , entre las sombras negras.
Si pudieran nos cobrarían por usar el sol, aunque de alguna manera ya lo hacen a los que apostaron por las energías renovables y el autoabasteciento energético con ese impuesto que se sacaron de la manga los de negro en el 2012.
Esto por nombrar solo una de las muchas cosas que deciden y hacen esos tipos de negro, y que tanto contribuyen a que por lo menos yo, tenga cada día los cojones mas negros. Esos tipos que hacen que nuestros ojetes morenos se pongan cada día mas rojos y parezcan las nalgas de un babuino en celo, gracias al perreo sistemático al que nos someten.
A estas alturas no creo que haga falta pero por si acaso y para no crear mal entendidos, os diré que esos hombres de negro a los que me refiero, no son los cazadores de extraterrestres de Men in Black, son esos a los que Pablo Iglesias llama «casta».
Y para despedirme aunque no tenga mucho que ver con lo anteriormente escrito pero si con el tema que tratamos, me gustaría evocar al estribillo de la canción, Que viva la nicotina, de Siniestro Total que dice así:
Fuma negro, sucio blanco.
¿Negro? Negro el panorama actual, vivimos de migajas para evitar la deslocalización de las empresas y la seguridad social es cada día menos segura pero tenemos móviles e internet.
Negra la historia, pervertida, edulcorada y nacionalizada. La verdad amordazada por la tradición, el maniqueísmo y el electoralismo. Pero se ha construido una memoria colectiva con un efecto sedante muy positivo para el statu quo.
Negro el futuro. La tercera guerra mundial ya ha empezado pero nosotros estamos bien aún ya que no ha traspasado nuestras fronteras y todo hace suponer que podremos ver la siguiente temporada de Juego de Tronos… aunque eso de Ucrania… ¿dónde queda? Me suena a “blanco” ¿no?
Hasta el Mar Mediterráneo se ha vuelto negro. Antes era rojo, por la sangre vertida para que el dinero fluyera hacia el imperio de turno. Luego lo tiñeron de azul para hacerlo atractivo para el turismo. Ahora es negro. No lo digo por el color de los cadáveres que se acumulan en sus aguas, sino porque esos asesinatos por omisión reflejan en el Mare Nostrum el color de nuestra alma. Y es que el negro es en realidad la ausencia de color y nuestra conciencia ciudadana ha creado una pantalla negra emocional entre occidente y el resto del mundo. Esa pantalla está bien escondida pero el otro día pude percibir claramente su reflejo sobre el agua.
Estaba yo viendo un mal llamado informativo (uno de tantos) en el que, por sensibilidad, no se emitieron las imágenes del asesinato de un “blanco” a manos de un fanático religioso. Yo lo agradecí, porque ni quería ni necesitaba verlo. Pero tampoco necesitaba ver los cadáveres flotando de una docena de “negros” naufragados que sí emitieron a continuación. Ahí no fueron tan escrupulosos. No digo que no haya que concienciar a la sociedad pero esas imágenes, sin el correspondiente análisis del problema, se quedan en morbo. No hay excusas, hay un doble rasero, las muertes de los negros no valen lo mismo que las de los blancos. No hace falta tratarlas con tanto respeto ni tener en cuenta los sentimientos de familiares y amigos. No tenemos por qué preocuparnos de esas muertes, sólo comentar con asombro la forma en que arriesga su vida esa gente… hasta que empiecen los deportes y podamos ocupar nuestra mente en otra cosa.
… ¿y el Mar? Teñido de negro. Pero si no te fijas mucho casi ni se nota.
Una vez más la música sigue siendo la protagonista de mis combates dialécticos. Aunque en esta ocasión la víctima está en el lado «oscuro», detrás del mostrador de la mítica tienda de discos de Irun, «Bloody Mary», o detrás del escenario en uno de los muchos conciertos-festivales que ha organizado, y organiza. Él es Juancar, al que podríamos llamar nuestro hombre de negro, un referente y fiel amante del Rock & roll. Sin duda, es de esas personas dignas de conocer si compartes su pasión, la música. Así que, ¡vamos a ello!.
Round 8: Blue Demon Vs Juancar Bloody Mary
Negro, ¿qué te sugiere?
Un gran soulman, imprescindible ser negro.
Cómo te definirías, ¿como una persona optimista o pesimista?
Esto depende del cerebro pero intento ser optimista, si no ya habría abandonado el barco.
¿Crees que lo negro está siempre relacionado con lo negativo, lo destructivo o crees que su matiz brillante hay que tenerlo en cuenta?
El negro es uno de mis colores favoritos, define una manera de ser, de ver la vida diferente a como la ven los demás y para nada negro. Es algo contradictorio pero es muy real.
Qué te hace pensar este viejo refrán: «Es perder el tiempo querer cambiar lo blanco a negro».
Cada uno ve las cosas de distinta manera. En la vida unos eligen, por los motivos que sea, su color preferido. Si se hace una buena elección no hay porque pensar en cambiar nada, por lo tanto, sería perder el tiempo querer cambiar lo blanco a negro y viceversa.
Desde hace unos años vivimos inmersos en una espiral de negatividad, real o irreal, impuesta o adquirida, que se plasma en todos los ámbitos culturales, ¿crees que la creatividad está ligada a los sentimientos más oscuros del ser humano?
La creatividad puede llegar a frustración y es cuando pueden llegar los sentimientos negativos. Esta espiral de negatividad que dices no deja de ser algo normal por la situación que vivimos pero en cada individuo está la solución a no caer en ese estado. Admiro a la gente activa, pero hay que tener precaución siempre y pisar seguro.
Tu pasión, la música, es tu profesión, ¿sientes que hoy por hoy es un privilegio poder vivir de lo que a uno más le gusta o no es oro todo lo que reluce?
Cuando la pasión se une con el trabajo hay que tener mucha precaución. A pesar de que me puedes ver muy ilusionado en mi trabajo, siempre pongo frenos a muchas cosas y proyectos que pueden caer en saco roto. La pasión te puede cegar y hasta arruinar. Es por ello, que intento que haya un equilibrio entre pasión y trabajo, y este es lo que hace que pueda seguir adelante. Mantener la tienda y los conciertos es mucho trabajo, bonito, pero trabajo en sí mismo, y como tal puede llegar a cansar como cualquier otro trabajo.
Hoy en día ser propietario de una tienda de discos te hace ser parte de una especie en extinción, ¿eres un romántico que considera que cualquier tiempo pasado fue mejor?
Reconozco que soy una especie en extinción, está claro. Estoy por cambiar el nombre de la tienda y poner «Solo ante el peligro»; pero no tengo ningún miedo, ha habido tiempos peores. No me siento un romántico, es una palabra que no me gusta y menos aún nostálgico. He vivido muy buenas épocas, los 80´s, los 90´s, y la que vivimos ahora es tan buena o mejor. Hay que buscar, descubrir y no solo me refiero al ámbito musical, yo viví la generación del punk «vive el momento» y no entiendo a todos esos punks que solo miran al pasado. Aquello pasó y ahora hay otras cosas. Hay que buscar la felicidad en el presente y si no la encuentras, serás un aburrido.
Como organizador de conciertos y festivales, tendrás un sinfín de anécdotas a lo largo de todos estos años de profesión, cuéntanos aquella que pasado el tiempo sigues contando a tus amigos.
Hay cosas que pasan en el backstage que mejor no contar, pero en el 10º aniversario trajimos por primera y única vez a Link Wray, para mí y para muchos el dios del Rock & Roll. Su mujer le acompañaba hasta encima del escenario con una pandereta…al terminar el concierto la gente quería entrar en el camerino a saludarle y firmar discos, vamos lo normal, pero su mujer no dejaba entrar a ninguna chica, alguna entró y su mujer dijo que sí volvía a pasar algo parecido cancelaba el restos de fechas. Por aquel entonces, si mal no recuerdo, Link Wray tenía sobre los 72 años y una mujer muy celosa, eso sí, no dejó entrar a ninguna chica en ningún camerino en los 3 shows. Él era un hombre muy humilde, solo cenaba tortilla francesa. Los Cramps eran fanáticos de él, y me dijo que estaban tan locos que no les dejaba entrar a sus conciertos, curiosidades de la vida que me contó Link Wray, «palabra de dios».
Siguiendo esta misma línea y dada tu amplia experiencia en la música, ¿cómo definirías el panorama musical local?
El panorama musical no vive su mejor momento, eso está claro, pero lo que más veo, y es preocupante, es la ausencia total de interés, sobre todo por la gente que toca en grupos. No entiendo que alguien que toca en un grupo no sienta curiosidad por conocer otras bandas, es muy triste, sinceramente, dudo que les guste la música, por lo menos el concepto que tengo yo de tener pasión por la música.
Para terminar, dinos lo que ahora mismo para ti está más negro…
Lo que está negro ahora mismo es el disco vinilo que acabo de poner en mi tocadiscos de Reigning sound, es un maravilla. ¡Mientras haya bandas como ésta yo no veo nada negro!. Larga vida al Rock & Roll
Verano de 1949 en un pequeño pueblo del norte de California, Ed Crane (Billy Bob Thornton) es un introvertido y silencioso barbero que trabaja en el establecimiento de su cuñado Frank (Michael Badalucco). Vive el día a día en una constante apatía, totalmente resignado a una vida insípida, atrapado en la cotidianidad más aburrida y fumando, fumando continuamente, cigarrillo tras cigarrillo, como si fuera lo único que ilumina su gris existencia. Cuando termina su jornada en la barbería regresa a su hogar con su esposa Doris (Frances McDormand), que se casó con Ed porque no hablaba mucho. La pareja no parece quererse demasiado, simplemente se soportan, se conforman el uno con el otro como si ninguno de ellos pudiera aspirar a más. Y fuman, fuman continuamente. Pero cuando Ed descubre que Doris mantiene un romance con su jefe, Big Dave, interpretado por el gran James Gandolfini (Los Soprano), decide chantajearle mediante una carta anónima en la que explica que conoce su adulterio y que se lo contará a su esposa y al marido de su amante, a no ser que le entregue cierta cantidad de dinero que Ed piensa invertir en un negocio «seguro» que le permitirá salir de su anodina vida.
El hombre que nunca estuvo allí (The Man Who Wasn´t There 2001.) está escrita, producida y dirigida por Joel e Ethan Coen, que ya habían coqueteado con el género negro en otros títulos de su filmografía como Fargo (1996), Barton Fink (1991) o Muerte entre las flores (Miller´s Crossing,1990).
Es la que nos ocupa, a mi parecer, una de las mejores cintas de cine negro moderno, filmada más de medio siglo después de la era dorada del género.
Rodada en un nítido blanco y negro, la ambientación es perfecta y tiene una fotografía e iluminación impecables, que juegan perfectamente con el humo de los cigarrillos que fuma continuamente Ed, pero sin duda una de las grandes bazas del film es la comedida interpretación de Billy Bob Thornton, narrador y alma indiscutible de la película. Cuenta también en su reparto con secundarios de la talla de Richard Jenkins, Tony Shalhoub (Monk), una jovencísima Scarlett Johansson y el siempre solvente Jon Polito, un habitual en las películas de los Coen.
En definitiva, una gran película.
Mentiras, crimen y traición. ¡¡¡¿Qué más queréis?!!!
Sir Christopher Price.
En nuestra cultura, lo negro se traduce como siniestro. Lo blanco es lo puro. Pero en lugar de profundizar en temas espirituales voy a introducirme en algo más terrenal. Voy pues a seguir al pie de la letra eso de “lo negro es lo siniestro” y voy a relacionar lo negro con lo que considero más oscuro: las guerras (tanto las que tiene uno consigo mismo como las que surgen entre los vecinos).
Así de primeras, y sirviéndome de la Historia del Arte, me vienen a la mente los dadaístas, quienes renegaban de la misma humanidad, pues pensaban que ésta, al permitir la Primera Guerra Mundial, era decadente y merecía la más absoluta repulsa. Decadente no sólo la opinión de la masa en favor de la guerra, sino “el discurso oficial” promovido por los gobiernos: un discurso clasista y nacionalista prebélico. Sí pues tal discurso prometía el progreso técnico, social y económico pero se convirtió en destrucción, odio y miseria. Y claro, seguidamente recuerdo al surrealismo, que también se posiciona contra el discurso oficial y menosprecia la propaganda política de posguerra, propaganda que, según ellos, eran frases huecas. Y es que, si el dadaísmo niega, el surrealismo es el paso de la negación a la afirmación. Sí, porque los surrealistas no sólo denuncian y satirizan, también desean crear una nueva humanidad. ¿Cómo? volviendo a unir lo irracional y lo racional del ser humano.
Esto me lleva a mencionar un estilo precedente a los dos mencionados: el expresionismo. Aquí el tema de los cuadros son los estados mentales, que son tan potentes que ya todo queda irremediablemente distorsionado. Así vemos que los rostros se muestran tristes y desfigurados, como en El Grito de Edvard Munch, donde el artista muestra la desesperación de la existencia humana, el horror del aislamiento. Todo en el cuadro hace que la mirada de espectador se centre en el grito, es decir, en lo que hay en su interior. Y así llego al final, mintiendo en eso de no mencionar lo espiritual, pues vemos que de lo que se trata es de unir los contrarios, no de separarlos, pues eso sí sería entrar en un conflicto.
Un estudiante
strangisfanzine 